Lineamientos académicos 2025 en formación docente: ¿cómo cambiarán los IESP del país?

Lineamientos académicos 2025 en formación docente

En medio de las transformaciones estructurales que atraviesa el sistema educativo peruano, los Institutos de Educación Superior Pedagógica (IESP) se enfrentan a uno de sus mayores desafíos: adaptarse a los nuevos lineamientos académicos definidos para el año 2025. No se trata de simples ajustes curriculares, sino de un rediseño integral que apunta a fortalecer la calidad de la formación docente en todos sus niveles.

Este cambio, impulsado por el Ministerio de Educación (Minedu), responde a una necesidad urgente: cerrar las brechas en la calidad del aprendizaje en el país. ¿Qué está en juego? Nada menos que el futuro de quienes formarán a las nuevas generaciones. Y en ese terreno, no hay espacio para la improvisación.

¿Por qué cambiar los lineamientos académicos?

El sistema educativo peruano, si bien ha logrado avances importantes en cobertura, aún enfrenta dificultades estructurales en calidad y equidad. La formación docente ha sido, por años, uno de los eslabones más débiles de la cadena. Los resultados de las evaluaciones nacionales, como el informe del UMC del Minedu, evidencian que muchos docentes egresan de los IESP sin haber alcanzado los niveles esperados en competencias pedagógicas, didácticas y digitales.

Desde el 2016, con la promulgación de la Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior y de la Carrera Pública de sus Docentes (Ley N.° 30512), el Perú dio un paso clave hacia la transformación del sistema. Esta ley establece que los IESP deben alinearse a estándares de calidad y cumplir con procesos de licenciamiento similares a los de las universidades. Los lineamientos académicos 2025 representan una etapa crucial en ese camino.

¿Qué implican los nuevos lineamientos?

La Dirección General de Desarrollo Docente del Minedu ha trazado una hoja de ruta clara. Estos son algunos de los principales cambios para el 2025:

AspectoCambios clave para 2025
CurrículoDiseño por competencias con enfoque por ciclos; actualización de mallas según las nuevas RVM
Prácticas preprofesionalesIncremento progresivo desde el primer ciclo, en articulación con escuelas públicas
Evaluación del aprendizajeInstrumentos estandarizados y rúbricas comunes a nivel nacional
Formación en tecnologíasInclusión obligatoria de competencias digitales docentes en todos los programas
Investigación pedagógicaDesarrollo de proyectos vinculados al contexto escolar y comunitario local
Idioma extranjeroReforzamiento de inglés como parte del perfil de egreso, especialmente en institutos bilingües
Perfil docente del IESPMayor exigencia de formación académica y experiencia para los docentes formadores

El documento técnico “Lineamientos Académicos Generales de los IESP”, disponible en el portal del Minedu (ver documento oficial), establece que estos cambios deben ser implementados de forma gradual entre 2023 y 2025, con apoyo técnico del Estado.

¿Cómo se reorganizan los programas formativos?

Uno de los cambios más relevantes es la adopción del Modelo Educativo por Competencias, que sustituye la antigua estructura centrada en contenidos. En esta nueva lógica, el aprendizaje ya no se mide por la cantidad de temas revisados, sino por la capacidad del futuro docente para resolver problemas reales en el aula.

Este modelo exige que los cursos se organicen en unidades de competencia y que las evaluaciones se vinculen con desempeños observables. Se espera que el egresado sea capaz de adaptar su enseñanza a contextos diversos, incluyendo poblaciones indígenas, rurales y urbano-marginales.

Además, se incorporan módulos transversales obligatorios en ética docente, diversidad cultural, sostenibilidad y ciudadanía. Esto responde a una visión más integral del rol del maestro en la sociedad.

El impacto en los docentes formadores

Los IESP también tendrán que transformar la manera en que enseñan a enseñar. El nuevo perfil de los docentes formadores establece requisitos más altos en términos de grado académico, experiencia profesional y dominio de metodologías activas.

Por ejemplo, los docentes deberán contar al menos con título de segunda especialidad pedagógica o maestría. Y no solo eso: tendrán que dominar herramientas digitales, técnicas de mediación pedagógica, trabajo por proyectos y evaluación auténtica. En palabras del propio Minedu, se busca que “los formadores sean modelos de aprendizaje permanente”.

Esta exigencia implica un proceso paralelo de capacitación docente dentro de los IESP, acompañado por convenios con universidades pedagógicas y centros de formación continua.

¿Qué rol jugarán las prácticas en escuelas?

Uno de los cambios más celebrados por la comunidad educativa es el fortalecimiento del componente práctico. Hasta hace pocos años, las prácticas preprofesionales comenzaban recién en los últimos ciclos. Ahora, se integrarán desde el primer año, permitiendo un contacto temprano y sostenido con la realidad escolar.

Este enfoque busca que el estudiante de pedagogía no solo adquiera conocimientos teóricos, sino que desarrolle habilidades desde el aula, enfrentando situaciones reales y reflexionando sobre su desempeño. Se trata de un aprendizaje situado, más vivo, menos enciclopedista.

La implementación de esta estrategia se hará en coordinación con las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) y las direcciones regionales, según lo establece el Plan de Fortalecimiento de la Formación Inicial Docente 2023–2026 (consultar aquí).

¿Cómo se acompañará a los IESP en esta transición?

La transformación no será responsabilidad exclusiva de los institutos. El Minedu ha establecido un esquema de asistencia técnica especializada, en el cual cada IESP recibirá acompañamiento para rediseñar sus planes de estudio, capacitar a su personal y ajustar sus mecanismos de evaluación.

También se implementará un sistema de monitoreo a través del Sistema de Información de la Formación Inicial Docente (SIFOID), una plataforma que permitirá hacer seguimiento a indicadores clave, como tasas de retención, egreso y desempeño en prácticas.

¿Qué opinan los especialistas?

María Rosa Chang, exdirectora del IESP de Chosica, explica que estos cambios “van a obligar a los institutos a repensar sus formas de trabajo. No solo es cambiar cursos, es repensar qué tipo de docente estamos formando”. A su juicio, el reto mayor será cambiar la mentalidad de muchos docentes que aún operan bajo esquemas tradicionales.

Por otro lado, especialistas del Consejo Nacional de Educación han advertido que los IESP que no se adapten podrían perder su licencia. Ya en 2023, más de 70 institutos fueron observados por no cumplir condiciones básicas de calidad. Esto genera presión, pero también una oportunidad para los que decidan tomarse en serio la reforma.

¿Hay riesgos o resistencias?

Todo proceso de cambio trae consigo tensiones. Algunos gremios han cuestionado el poco tiempo para implementar estos lineamientos, especialmente en regiones con infraestructura deficiente. También hay preocupación por la disponibilidad de docentes formadores que cumplan con el nuevo perfil.

Y no falta quienes, desde ciertos sectores académicos, advierten que una implementación apresurada podría generar más burocracia que mejoras reales. Pero es claro que quedarse de brazos cruzados tampoco es opción.

Lo que viene en adelante

Con miras a 2025, los IESP del país están ante una bifurcación: adaptarse o quedarse atrás. El sistema exige instituciones ágiles, que puedan formar docentes con pensamiento crítico, sensibilidad social y dominio pedagógico real.

No basta con repetir fórmulas antiguas ni con maquillar planes de estudio. Lo que está en juego es la capacidad del país para construir un magisterio que responda a los desafíos del siglo XXI. Un maestro que enseñe bien no se improvisa. Y estos nuevos lineamientos, bien implementados, pueden ser el primer paso para lograrlo.

By Carlos Zavaleta

Soy un periodista peruano de 35 años nacido en Lima. Licenciado en Periodismo por la Universidad San Marcos. He trabajado como redactor en el periódico digital “El Diario” durante 10 años y como editor en jefe del periódico digital “La Verdad” durante 5 años. Actualmente trabajo como corresponsal en el extranjero para la revista digital “Sigamos Aprendiendo”.

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