Desde su fundación a mediados del siglo XVI, Arequipa ha acumulado una serie de mitos y leyendas, hasta su mismo nombre roza con la leyenda.
¿Cuáles son los mitos y leyendas más conocidos de Arequipa?
El diablo de la Catedral
Narra la historia del demonio que se escondió en la Catedral de Arequipa cuando aún estaba en construcción. En la oscuridad de la noche se escuchaban ruidos extraños y risas malévolas. El miedo era tal que decidieron llamar a un sacerdote, quien con la ayuda de Dios encerró al demonio dentro de una escultura de madera, la cual puede ser apreciada por todos los que visitan la Catedral arequipeña.
El fraile sin cabeza
Es una leyenda que se remonta al siglo XVI. Cuenta la historia de un fraile que perdió la cabeza a manos de un noble español tras una fuerte riña. El hecho ocurrió cerca de la Catedral de Arequipa. El religioso fue enterrado sin cabeza, por eso todas las noches sale a buscar su cabeza.
Los gentiles
Cuentan que cuando hay noche de luna llena en fiestas patronales en los pueblos aparecen los llamados gentiles, jóvenes extranjeros, blancos y simpáticos, que buscan a su víctima para llevársela. Cuando esas personas desaparecen, la gente suele decir “Se han ido con los gentiles”.
La sirena del puente
En épocas de lluvias se aparece una bella mujer con cuerpo de sirena por el puente Bolognesi. A cierta hora espera sobre una piedra a su amado, quien aparece desnudo, arrastrando unas cadenas, por el callejón Ibáñez. Ambos se encuentran y se sumergen en las aguas del río Chili. Dicen que por la zona aparecen muchachas bonitas que esperan a un hombre para llevarlo a su dominio.
El indio dormido
Cuentan que un pasado remoto, el apu Pichu se enamoró de su vecina, el volcán Chachani, pero lo dioses no aceptaron esta relación. La colera de Pichu lo llevó a blasfemar contra los dioses y fue castigado. El cielo se abrió y una torrencial lluvia hizo que Pichu cayera de espalda sobre la cumbre más alta y quedará convertido en piedra. Por eso, el nevado Pichu tiene la forma de un indio dormido.
Arequipa
Según una leyenda, cuando el inca Mayta Cápac decidió establecerse con su ejército en el valle del Chili llamó a aquel lugar “Are que pay”, que en quechua significa “Sí, nos quedamos”.