¿Con qué frecuencia pierdes el enfoque y la concentración? No eres el único. La investigación científica muestra que el 47% del tiempo pensamos en cosas distintas a las que estamos haciendo actualmente. Sin embargo, esto no tiene por qué ser siempre así.
El problema con la concentración tiene su origen no sólo en la dificultad para enfocar la atención. La concentración también está influenciada por lo que comemos o los malos hábitos. A veces carecemos de la fuerza de voluntad para dejar ir otra película en Netflix. Además, frecuentemente tropezamos con una falta de autocontrol.
¿Cómo se desarrolla la concentración y el enfoque?
La esencia de la concentración es el análisis y la selectividad de los estímulos que nos llegan, y los encontramos desde los primeros días de vida. Nuestra atención comienza a desarrollarse en el momento en que aparecemos en el mundo.
El niño aprende a concentrarse principalmente imitando a los adultos en este sentido. En edad escolar, imita a sus compañeros.
Como adolescentes, gradualmente decidimos por nosotros mismos en qué queremos centrar nuestra atención.
Como adultos, debemos ser capaces de gestionar conscientemente nuestra concentración, es decir, dirigirla a lo que es bueno para nosotros en este momento.
Concentración y mejora de la memoria
Una de las cosas más importantes relacionadas con la mejora de las habilidades de concentración es nuestra memoria.
Cuando la concentración funciona bien, recordamos mejor varios detalles, por ejemplo, sobre personas, reuniones, asuntos importantes que hacer.
Una buena memoria es la clave del éxito en la vida.
Cuando recuerdas mejor a las personas, los lugares y las cosas, puedes conectarte más fácilmente.
Concentración y toma de decisiones
Un rasgo estrechamente relacionado con la concentración es la toma de decisiones.
Una vez que puedas concentrarte mejor en lo que sucede a tu alrededor, te sorprenderá lo fácil que será para ti tomar decisiones.
La toma de decisiones es una parte importante de la vida. Ser decididos y confiados en lo que queremos hacer nos ayuda a avanzar, a darnos cuenta de cosas importantes.
Concentración de la atención y confianza en sí mismo
¿Sucede que te sientes avergonzado durante una conversación o reunión porque te perdiste algo importante que dijo la otra persona?
Si esta situación surge con demasiada frecuencia, probablemente sea vergonzosa para ti y pueda perjudicar tu confianza en ti mismo.
A medida que trabajes para mejorar tus habilidades de concentración, tu confianza aumentará nuevamente.
Métodos para mejorar la concentración y el enfoque
Sin la capacidad de concentración, es imposible realizar cualquier actividad de principio a fin conscientemente.
Sin enfocarnos, no sabemos lo que leemos, no somos capaces de contar o dominar ningún conocimiento o lenguaje.
La concentración también requiere actividades simples que realizamos por primera vez. Muchos de ellos se automatizan con el tiempo y se necesita menos atención para realizarlos.
Por ejemplo, un conductor novato se enfoca en cada una de las actividades que componen conducir un automóvil; el aspirante a pianista se centra en lo que cada una de sus manos está haciendo; un médico novato debe centrarse mucho en no perderse ningún elemento de la visita. La atención es en parte necesaria incluso en actividades en las que nos sentimos hábiles y seguros.
Entonces, ¿qué podemos hacer para mejorar tanto la concentración como el enfoque?
1. Planifica en qué quieres centrarte
Tu concentración funcionará mejor cuando, cuando empieces a hacer cualquier cosa, determines de antemano qué y en qué tiempo quieres lograr. Sin esto, actuarás caóticamente y tu concentración se perderá.
No contar con un plan estricto para realizar una actividad significa que cualquier distracción amenaza la ejecución de lo que has planeado.
2. Mejora la concentración descansando más
¿Cómo mejorar la concentración? Una persona cansada no es capaz de concentrarse, por lo tanto, cuando haces algo que requiere atención, necesitas estar descansado. Para descansar, debes garantizar la dosis correcta de sueño saludable. Dependiendo de la edad, la cantidad de sueño necesario por día varía de 6 a 8 horas. Al mismo tiempo, la cantidad de sueño necesario disminuye con la edad.
Los adultos en plena actividad necesitan un promedio de 7 horas de sueño por noche.
3. La actividad física mejora la concentración
Para que tu cerebro realice una tarea de forma correcta y durante mucho tiempo, necesitas un buen suministro de sangre y la cantidad correcta de oxígeno. El suministro de sangre a los vasos cerebrales mejora la actividad física. Antes de cualquier tarea que requiera esfuerzo y concentración, vale la pena tratar el cerebro con un poco de gimnasia.
Pueden ser unas cuantas rondas alrededor de la mesa, una serie de sentadillas, saltos o flexión. Y para que no sea aburrido, puedes combinar diferentes ejercicios.
4. Cuida tu tranquilidad
Para enfocar tu atención en una cosa, necesitas calma.
Si trabajas desde casa puedes pedir, por ejemplo, a tus seres queridos que no te molesten.
Tu tranquilidad también depende de tu entorno. Asegúrate de que haya la menor cantidad de distracciones posible. No te distraigas con estímulos visuales y auditivos.
5. Practica cómo mejorar la concentración
Vale la pena practicar la concentración de la atención. Esto se puede hacer en diferentes lugares y circunstancias. La forma más fácil de hacerlo es imaginar diferentes cosas o lugares y centrarse en sus detalles.
Cierra los ojos e imagina, por ejemplo, una fruta. Concéntrate en cómo se ve, cómo puedes pelarla o cortarla, imagina, así mismo, cómo es su sabor y su olor. Trata de no dejar que tus pensamientos se escapen de aquello en lo que quieres enfocarte. Cuando esto suceda, comienza a imaginar una cosa diferente, lugar o actividad nuevamente. Puede ser una playa, una pista de esquí, un bosque, prácticamente lo que desees.
Imagina algo que conoces bien y que asocias con algo agradable. El objeto en el que te enfocas puede ser una pintura colgada en tu habitación, una taza favorita, un sillón querido, etc. Los ejercicios de concentración deben hacerse 2-3 veces al día, idealmente, comenzando con 2 minutos y aumentando gradualmente el tiempo que pasas enfocándote en algo.